Por Danna Martínez
La pregunta es: “¿Cuál es la razón por la que me levanto todos los días?” La respuesta es “mi fortaleza”.
La fortaleza es la fuerza que le permite a una persona enfrentar los obstáculos y desafíos de la vida, teniendo en cuenta que podrá superarlos.
El término fortaleza proviene del latín fortitudo o fortis. Las palabras en latin se refieren a “fuerza”. Algunos sinónimos de la palabra fortaleza son:
- Audacia.
- Resistencia.
- Intrepidez.
- Perseverancia.
- Agallas.
- Valentía.
La fortaleza no se trata de lograr un propósito en sí. En su lugar, la fuerza permite a una persona perseverar frente a las dificultades y hacer su mejor esfuerzo.
A veces en la vida tenemos que enfrentarnos a situaciones desafiantes y aparentemente imposibles de superar. Nuestra fuerza es lo que nos impulsa a superar la adversidad y a superarnos a nosotros mismos.
La fuerza puede ser tanto física como mental. La fuerza física radica en la salud del cuerpo de una persona. Un cuerpo sano cuenta con las defensas necesarias para evitar adquirir daños físicos. Sin embargo, un cuerpo sano y fortalecido también es aquel que resiste y lucha por recuperarse.
Por otro lado, la fortaleza mental tiene que ver con la salud de nuestros pensamientos. A pesar de ser otro tipo de fuerza, es tan importante como la fuerza física. La fortaleza es una virtud que todo ser humano puede alcanzar si se lo propone; sin embargo hay que tener fe. Para algunas personas, su fortaleza mental es la familia. Para otras personas, la fuerza central es la fe en Dios. Todos tienen una fuerza diferente pero con el mismo objetivo; avanzar.
La fortaleza tiene un trasfondo mucho más importante que la propia definición de la palabra. Tener fortaleza mental nos permite creer que tenemos algo importante por lo que luchar. Tener una fortaleza nos permite protegernos de las emociones negativas y reflexionar. La fuerza es una virtud esencial, ya que posibilita el progreso humano.
About Author
