Por Danna Martínez
Hoy es el día de la tierra! En este día se recuerda oficialmente la importancia de la tierra y de su cuidado. Sabemos que hay problemáticas, sabemos que necesitamos un cambio. ¿Qué nos detiene de empezar?
El día de la tierra surgió un 22 de abril en el año 1970. El promotor de este día fue el senador Demócrata estadounidense y activista, Gaylord Nelson. Como objetivo, Gaylord buscaba generar conciencia, e invitar a todos los estados unidos a luchar por el ambiente. De acuerdo con el NatGeo website, “más de 20 millones de personas en los EE.UU. participaron en el primer Día de la Tierra.”
Despertamos cada mañana, sabiendo que es un nuevo día. Pero no pensamos cada mañana, en todo lo que tenemos. Tenemos un mundo entero. La tierra es tan generosa que tiene suficiente para proveer las necesidades de todos los seres humanos. Por tal motivo es nuestro trabajo cuidar de ella de todas las maneras posibles.
Conocemos las teorías acerca de cómo se creó la tierra. Hemos estado viviendo en ella por millones de años y aún hoy tenemos que recordar su valor. Un valor inmensurable por supuesto. Resulta que, además de habitar en la tierra, el ser humano dispone de los recursos naturales a su voluntad. Por otro lado, el ser humano tiene la oportunidad de compartir con otros millones y millones de seres vivos.
Infortunadamente y con el pasar del tiempo los recursos, ecosistemas y hasta seres vivos han disminuido. Muchos pensarán que estos cambios son el ciclo natural de la tierra y tienen razón. Lo que es limitado en algún momento termina. Sin embargo, existen tantas maravillas en nuestro mundo. Porque no las compartimos con las demás generaciones de seres vivos? No podemos hacer que la Tierra sea eterna. Pero podemos hacer un esfuerzo para que se conserve por muchísimo tiempo más.
Es hoy, y es ahora. Estamos invitados a hacer las paces con la naturaleza. De tantas maneras posibles de ayudar, podemos ir acoplando algunas a nuestro estilo de vida. A continuación, tres formas en las que puedes ayudar a la tierra:
1. No desperdiciar. Una de las maneras más conocidas es hacer uso adecuado de los recursos necesarios.
Acortar las duchas.
Desconectar los equipos electrónicos que no estén en uso.
No comprar en exceso.
Si es posible, hacer uso de elementos reutilizables.
Evitar el uso de plástico y papel.
2. Tres R. Reciclar, reutilizar y reducir.
Transformar materiales utilizados para poder volverlos a aprovechar.
Si es posible utilizar cajas, sobres y demás productos más de una vez.
Disminuir el exceso de usos materiales.
Separar las basuras.
Categorizar una basura para los desechos orgánicos.
Evitar productos de un solo uso.
3. Aprender. Educarse y conocer es una de las formas más efectivas de cuidar el ambiente. Seamos conscientes y generemos conciencia.
Para nadie es secreto que la tierra nos ofrece infinidad de oportunidades. Lo menos que podemos hacer en retribución es cuidarla. En palabras de la ONU, “Recordemos hoy más que nunca en este Día Internacional de la Madre Tierra que necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta. Promovamos la armonía con la naturaleza y la Tierra.”
Para comprometerse con el ambiente y con la Tierra, aprendamos, eduquemonos, y eduquemos a los demás. El impacto es grande y comienza tan solo con voluntad.
About Author
