03/27/2024
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Por Danna Martínez

No hay un momento perfecto para dar las gracias, pero siempre hay tiempo para estar agradecido.

El término gratitud proviene del latín gratitudinis y gratus. La palabra en latín se refiere a la cualidad de ser bienvenido y reconfortante.

La gratitud surge en las personas como un sentimiento de estima o valor de lo que recibimos. La forma más habitual de demostrar que estamos agradecidos es la palabra “Gracias”. Este gesto expresa correspondencia y aprecio. Sin embargo, hay formas diferentes y notables de mostrar gratitud.

Generalmente, pensamos en la gratitud en pequeños escenarios. Siempre que recibimos ayuda, surge la cortés respuesta “gracias”. Los pequeños actos de servicio, ya sean espirituales o materiales, merecen gratitud. De la misma manera, hay actos de bondad más notables dignos de aprecio. Por lo tanto, la gratitud está en todas partes; su presencia reconoce presentaciones tanto pequeñas como grandes.

A lo largo del tiempo, nos familiarizamos con el agradecimiento. Apreciar y dar las gracias es una parte integral de estar agradecido. Sin embargo, hay más aspectos de la gratitud de los que a veces no nos damos cuenta. Una parte esencial de la gratitud además de agradecer es sentirse agradecido. La gratitud es una de las emociones que trae consigo cosas positivas. Según el sitio web de Forbes, “la gratitud es una poderosa fuerza positiva. Lejos de ser un concepto esponjoso o frívolo, tiene un impacto real en la salud física, el bienestar emocional, la motivación, el compromiso y la pertenencia”. Además, los sentimientos de gratitud promueven relaciones sociales sólidas. Expresar gratitud a las personas que nos rodean desarrolla genuinamente un motivo para sentirnos agradecidos.

La gratitud se expresa desde nuestros sentimientos internos hacia las cosas que nos rodean. Cuando agradecemos, reconocemos cómo las situaciones externas pueden impactarnos positivamente. Cada persona tiene una influencia sobre nosotros y viceversa. De la misma manera, cuando alguien hace algo bueno por nosotros, está contribuyendo con nosotros.

A medida que comenzamos a apreciar los pequeños actos, también aprendemos a estar agradecidos por los aspectos constantes de nuestra vida. Una parte fundamental de la gratitud es darnos cuenta de cómo las cosas triviales nos convierten en quienes somos. Así como algunas personas están agradecidas por la salud y la vitalidad de su familia, otras están agradecidas por el refugio, la comida y el agua potable.

Agradecer es reconocer todo lo que hemos disfrutado en nuestra vida, por el simple hecho de existir.

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