03/28/2024
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Por Danna Martínez

Antes de asumir las consecuencias de nuestras acciones, todos suplicamos un ultimátum o juicio final.

El término ultimátum es un cultismo, ergo, una expresión incorporada al lenguaje moderno, tal como se construyó en un principio. La palabra ultimátum tiene procedencia latina y fue adaptada al inglés alrededor de 1800, años después de su aparición. La palabra en latín se refiere a “la última palabra, consejo o concesión.”

Se puede desarrollar un ultimátum al no satisfacer o incumplir las declaraciones acordadas entre dos o más personas. En otras palabras, un ultimátum se refiere a esa última oportunidad que alguien nos da de actuar de la manera correcta.

Un ultimátum puede verse desde diferentes perspectivas; puede referirse a una propuesta, oportunidad, decisión, amenaza, resolución o demanda. Cualquiera que sea el caso, un ultimátum se basa en la negociación. En este escenario, dos o más personas discuten un tema para llegar a un acuerdo final que lleve a un cambio radical en caso de incumplimiento.

Por más aterrador que pueda parecer hasta ahora, las últimas posibilidades suelen ser la luz al final del túnel que todos necesitamos. Un ultimátum puede ser una sentencia o una oportunidad. Al no cumplir con los pactos aceptados y tampoco con el ultimátum, el incumplimiento adquiere consecuencias; en casi todos los casos, negativos. Sin embargo, tener solo una oportunidad puede ser el motivo que nos haga mejorar nuestras acciones, cumplir el acuerdo e incluso obtener resultados positivos a largo plazo.

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