Por Danna Martínez
La pitaya es a nivel mundial una de las frutas más exóticas. A pesar de su apariencia y peculiaridad, la pitaya se ha convertido en un alimento muy requerido.
El nombre “Pitaya” proviene de Centroamérica. La palabra se refiere a la fruta escamosa.
La gente de diferentes países llama a esta fruta pitaya o fruta del dragón. Como la gente quiere llamarlo, su aspecto es imborrable. La pitaya es una rara fruta ovalada; su dura corteza tiene grandes espinas. Sin embargo, el interior es una pulpa blanda. La pulpa de la pitaya es generalmente blanca; en algunos casos, puede ser rojo. Además, las diminutas semillas negras están junto con la pulpa. Cuando la fruta está madura, puede cambiar de un color verde a amarillo o rojo. ¡Entonces es hora de comer! Toda la fruta es comestible, excepto la tapa. Las semillas también son comestibles.
Centroamérica es el lugar de nacimiento de la famosa fruta. Hoy en día, México, Israel, Colombia, Nicaragua, Guatemala y Ecuador son algunos de los mayores productores de pitaya.
La pitaya tiene una vigorosa tabla de nutrientes. Una de las causas de su consumo es su contenido en vitamina C. Según Medical News Today, “La vitamina C es un nutriente vital para la salud. Ayuda a formar y mantener los huesos, la piel y los vasos sanguíneos. También es un antioxidante”.
Además, la fruta del dragón tiene una cantidad significativa de fibra. La fibra en cantidades razonables puede ser buena para el organismo. El sistema digestivo aprovecha esta fruta, mejorando su funcionamiento. La pitaya es una fruta rica en agua, que ayuda a desinflar el organismo y a combatir diferentes enfermedades.
La pitaya es una fruta calórica poco profunda. Contiene 54 calorías por cada 100 gramos.
La pitaya tiene un aroma y un sabor dulce únicos. Como otras frutas, la pitaya se puede consumir fresca, en jugo, batidos, helados, tortas, gelatina e incluso compota. Comúnmente, la pitaya se corta en mitades y se come con una cuchara.
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