Doubting about something calls into question what is true and what is not. But when we know something for sure, it is indubitable.
The term indubitable comes from the Latin indubitabilis. The word indubitable refers to what cannot be doubted. Some synonyms for indubitably are undoubted, undeniable, unquestionable, and unavoidable. In contrast, doubt refers to the question of something or someone.
The origin of doubt lies in the search for the truth. Where there are doubts, there is no certainty.
Doubt supposes uncertainty. If we do not know about something or are not sure about it, we put uncertainty in our thoughts. By intervening in our thoughts, doubt can change our perspectives on the world. In some instances, doubt can change an established belief or think.
Just as doubt influences our thinking, it also affects our reactions. Doubting helps us stop the rush of our actions. In this way, we have the opportunity to think as many times as necessary before taking an action or decision. Generally, this is the reason why we believe negatively in doubt.
Doubt works in many cases as a limitation. Likewise, it leads us to indecision and questioning about our capabilities. It is indubitably a negative thing when we get stuck in doubt. However, giving the correct use of doubt could save us from making decisions without thinking about them first. In addition to helping us think things through more, doubt also helps us reconsider.
The questioning works as a tool for reflection. When we doubt our surroundings, we strive to find answers. The effort we put into discovering universal issues, such as existence, develops our capacity for analysis. In addition, thanks to doubt, humanity has been able to answer mysteries that seemed impossible.
Doubt is a reference in our lives. We use doubt to determine the possibility that something is true or false. Consequently, doubt is a constant in our life.
“Doubt is the motor of our life when, with it, we are able to make sensible decisions.” -Jose Luis Moreno.
Palabra del Día: Indubitable
Por Danna Martinez
Dudar sobre algo pone en duda qué es verdad y qué no. Pero cuando sabemos algo con certeza, es indudable.
El término indudable proviene del latín indubitabilis. La palabra indudable se refiere a lo que no se puede dudar. Algunos sinónimos de indudable son indudables, innegables, incuestionables e inciertos. Por el contrario, la duda se refiere a la cuestión de algo o alguien.
El origen de la duda radica en la búsqueda de la verdad. Donde hay dudas, no hay certeza.
La duda supone incertidumbre. Si no sabemos sobre algo o no estamos seguros de ello, estamos poniendo incertidumbre en nuestros pensamientos. Al intervenir en nuestros pensamientos, la duda tiene la capacidad de cambiar nuestras perspectivas sobre el mundo. En ciertos casos, la duda puede cambiar una creencia o pensamiento establecido.
Así como la duda influye en nuestro pensamiento, también influye en nuestras reacciones. Dudar nos ayuda a detener la precipitación de nuestras acciones. De esta forma, tenemos la oportunidad de pensar tantas veces como sea necesario antes de tomar una acción o decisión. Generalmente, esta es la razón por la que pensamos negativamente en la duda.
La duda funciona en muchos casos como limitación. Asimismo, nos lleva a la indecisión y al cuestionamiento sobre nuestras capacidades. Sin duda, es algo negativo cuando nos atascamos en la duda. Sin embargo, dar el uso correcto de la duda podría salvarnos de tomar decisiones sin pensar en ellas primero. Además de ayudarnos a pensar más las cosas, la duda también nos ayuda a reconsiderar.
El cuestionamiento funciona como una herramienta de reflexión. Cuando dudamos de lo que nos rodea, nos esforzamos por encontrar respuestas. El esfuerzo que ponemos en descubrir cuestiones universales, como la existencia, desarrolla nuestra capacidad de análisis. Además, gracias a la duda, la humanidad ha podido dar respuesta a misterios que parecían imposibles.
La duda es un referente en nuestras vidas. Usamos la duda para determinar la posibilidad de que algo sea verdadero o falso. En consecuencia, la duda es una constante en nuestra vida.
“La duda es el motor de nuestra vida si somos capaces, junto con ella, de tomar decisiones sensatas”. -José Luis Moreno.
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