04/24/2024
Spread the love

by Danna Martínez

Nature has amazed humans since the beginning of time. Among its curious processes and wonders, nature also shows us the mimicry phenomenon. Pretending to be something other than who we are may seem complicated until we discover that it is, in fact, a widely used practice. Mimicry is the condition in which creatures adapt their style to imitate another creature.

Among the curiosities of our wonder world, there is mimicry. The situation in which an animal changes its features has occurred for an extended period. However, its recognition dates back to not that long ago. Mimicry is a biological neologism from the XIX century. The etymological origin of mimicry lies in different Latin and Greek roots; mimeticus and mimetes, respectively. These words most likely refer to the process of imitating or copying. Nowadays, it is adequate to relate these origins with mimic performance, the well-known art of closely assuming and repeating aspects from the outside.

Mimicry practice is rooted in the way the wild world works. Throughout many studies, the scientific community has discovered the flexibility of some plants and animals to camouflage. Not only in their behavior but, these beings are capable of changing colors, patterns, and other physical characteristics. E.g., the chameleon is the most famous case of animal mimicry. Its faculty to change skin colors to combine in the environment is called animal coloration and is very useful when hiding from predators.

As already mentioned above, mimicry allows selves to “blend in” by imitating. Mimicry is a strategic method that incorporates visual, olfactory, and auditory deception.

Although many plants and small animals practice this technique to avoid a sure death, hiding is not the only purpose of mimicry. Mimicry can be used as a defense mechanism or strategic tool as well. Several animals mimic to lure prey by changing their smell and colors. Further, expert predators manage their moves and take advantage of their own features to get closer to their victims.

One surprising characteristic of mimicry is the null relationship between one species and the species’ style they turn into. When an animal undercovers, its physique resembles another species that is not necessarily directly related. Both animals and plants hold this characteristic.

Interestingly, this feature may also correspond to human beings. People are constantly adapting to changes in their environment, whether climate fluctuations or society’s influences. Since we were born, we started adapting to various rules and behaviors to “blend in” to our environment. Moreover, the approach to other species’ features is increasing notably.

The inspiration of nature has allowed us not only to physically resemble other beings – as we see in the fashion industry, for example, the animal print style – but also to develop mechanisms that allow us to carry out the equivalent activities as them. Flying like a bird was an impediment to society until the first airplane was invented. Similarly, swimming in the depths of the sea for a prolonged time is now possible thanks to human mimicry.


Palabra del Día: Mimetismo

por Danna Martínez

La naturaleza ha asombrado a los humanos desde el principio de los tiempos. Entre sus curiosos procesos y maravillas, la naturaleza también nos exhibe el mimetismo. Pretender ser algo más que quienes somos puede parecer complicado hasta que descubrimos que, de hecho, es una práctica muy utilizada. El mimetismo es la condición dentro de la cual las criaturas adaptan su estilo a uno de otra criatura.

Entre las curiosidades de nuestro maravilloso mundo, está el mimetismo. La situación en la que un animal cambia sus características se ha producido durante un período prolongado. Sin embargo, su reconocimiento no data de hace tanto tiempo. El mimetismo es un neologismo biológico del siglo XIX. El origen etimológico del mimetismo radica en diferentes raíces latinas y griegas; mimeticus y mimetes, respectivamente. Lo más factible es que estas palabras se refieran al proceso de imitar o copiar. Hoy en día es adecuado relacionar estos orígenes con la mímica performance, el conocido arte de asumir y repetir de cerca aspectos desde el exterior.

La práctica de la mímica tiene sus raíces en la forma en que funciona el mundo salvaje. A lo largo de muchos estudios, la comunidad científica ha descubierto la flexibilidad de algunas plantas y animales para camuflarse. No solo en su comportamiento, sino que estos seres son capaces de cambiar colores, patrones y otras características físicas. Por ejemplo, el camaleón es el caso más famoso de mimetismo animal. Su facultad de cambiar los colores de la piel para combinarse en el ambiente se llama coloración animal y es muy útil a la hora de esconderse de los depredadores.

Como ya se mencionó anteriormente, el mimetismo permite a uno mismo “mezclarse” imitando. La mímica es un método estratégico que incorpora el engaño visual, olfativo y auditivo.

Aunque muchas plantas y pequeños animales practican esta técnica para evitar una muerte segura, esconderse no es el único propósito del mimetismo. La mímica también se puede utilizar como mecanismo de defensa o herramienta estratégica. Varios animales imitan para atraer a sus presas cambiando su olor y color. Además, los depredadores expertos gestionan sus movimientos y aprovechan sus propias características para acercarse a sus víctimas.

Una característica sorprendente del mimetismo es la relación nula entre una especie y el estilo de la especie en la que se convierten. Cuando un animal se oculta, su físico se parece a otra especie que no necesariamente está directamente relacionada. Tanto los animales como las plantas tienen esta característica.

Curiosamente, esta característica también puede corresponder a seres humanos. Las personas se adaptan constantemente a los cambios en su entorno, ya sean las fluctuaciones climáticas o las influencias de la sociedad. Desde que nacimos, comenzamos a adaptarnos a varias reglas y comportamientos para “mezclarnos” con nuestro entorno. Además, el acercamiento a las características de otras especies está aumentando notablemente.

La inspiración de la naturaleza nos ha permitido no solo asemejarnos físicamente a otros seres -como vemos en la industria de la moda, por ejemplo, el estilo animal print- sino también desarrollar mecanismos que nos permitan realizar las actividades equivalentes a ellos. Volar como un pájaro fue un impedimento para la sociedad hasta que se inventó el primer avión. Del mismo modo, nadar en las profundidades del mar durante un tiempo prolongado ahora es posible gracias al mimetismo humano.

About Author