By Danna Martínez
The seed is the grain contained within the fruits of plants. Its function consists of different germination and growth processes. And even more important, seeds are in charge of keeping vegetable species perpetuating and continuing their development.
The term seed comes from the German Saat. The word in German authentically means offspring or progeny. Throughout time, the word saat transitioned to the Old English as sed which refers to something that must be sown.
Under suitable conditions, the seeds germinate and give rise to a new member of the species. Seeds are the means of the reproduction of plants. Therefore, in their absence, the plants and the benefits they provide to society would not exist.
Plants are living things that make their own food through the process of photosynthesis. In this order of ideas, plants continue their propagation or reproduction by generating seeds. The seeds of a plant are covered by a fruit layer that serves as protection from external factors. However, there comes a time when the seeds must be propagated in the soil and begin the germination process.
Curiously, the seeds are one of the most effective units when it comes to dispersing. Thanks to their size and affinity, the seeds are easily transported and dissipated by the ecosystem. Some natural forces such as wind, rain, and pollination are of great help in this process.
An example of this event is observed in the spring when the flowers are full of pollen. Bees or pollinators are captivated by pollen and therefore approach the flowers and take theirs. Next, the bees look for another flower with more pollen, and another, and another. The bee will have already dispersed enough pollen around a large perimeter by the end of the day. Consequently, the pollen will form part of the seed, and the seed will germinate, join the soil and grow, becoming a new plant.
The seed is the origin of vegetation, and the perpetuation of its species depends on it.
Palabra del Día: Semilla
Por Danna Martínez
La semilla es el grano contenido en los frutos de las plantas. Su función consiste en diferentes procesos de germinación y crecimiento. Y lo que es más importante, las semillas son las encargados de mantener a las especies en existencia y perpetuar su desarrollo.
El término semilla proviene del latín seminia. La palabra en latín se refiere a la acción de sembrar. Además, la traducción de seminia a semilla se debe a la disimilación de los conductos nasales.
En condiciones adecuadas, las semillas germinan y dan lugar a un nuevo miembro de la especie. Las semillas son el medio de reproducción de las plantas. Por lo tanto, en ausencia de ellos, las plantas y los beneficios que brindan a la sociedad no existirían.
Las plantas son seres vivos que producen su propio alimento mediante el proceso de fotosíntesis. En este orden de ideas, las plantas continúan su propagación o reproducción generando semillas. Las semillas de una planta están cubiertas por una capa de frutos que sirve como protección frente a factores externos. Sin embargo, llega un momento en que las semillas deben propagarse en el suelo y comenzar el proceso de germinación.
Curiosamente, las semillas son una de las unidades más efectivas a la hora de dispersar. Gracias a su tamaño y afinidad, las semillas son fácilmente transportadas y disipadas por el ecosistema. Algunas fuerzas naturales como el viento, la lluvia y la polinización son de gran ayuda en este proceso.
Un ejemplo de este evento se observa en la primavera, cuando las flores están llenas de polen. Las abejas o polinizadores son cautivados por el polen y por eso se acercan a las flores y toman las suyas. A continuación, las abejas buscan otra flor con más polen, y otra, y otra. Al final del día, la abeja ya habría dispersado suficiente polen alrededor de un gran perímetro. En consecuencia, el polen formará parte de la semilla y la semilla germinará, se unirá al suelo y crecerá; convirtiéndose en una nueva planta.
La semilla es el origen de la vegetación y de ella depende la perpetuación de su especie.
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