03/28/2024
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Por Danna Martínez

A veces dan ganas de dejar todo y escapar. La frustración puede sacar lo peor de nosotros. En el peor de los casos, puede acumular lo peor de nosotros.

El término frustración proviene del latin “frustrare”. La palabra en latin se refiere a errar, equivocarse, estar engañado o decepcionarse.

La frustración es una reacción emocional en los individuos. Esta reacción se crea al no poder satisfacer las expectativas propuestas en una situación concreta. Por ejemplo, no lograr proyectos o ilusiones. La emoción que sentimos al no alcanzar ciertos ideales puede alterar nuestro estado de ánimo. De igual manera puede generar negatividad en nuestra actitud y frustración.

Casi todas las personas han experimentado un sentimiento de frustración. El estilo de vida genera cambios inesperados y a veces decepcionantes. Hay casos en que no podemos controlar esos cambios, y en consecuencia nos frustramos. La imposibilidad de satisfacer una necesidad o deseo es una de las situaciones más indeseables pero al mismo tiempo una de las más comunes.

Y el problema en muchos casos es que vemos los fracasos como algo negativo. El problema radica en que alguna vez cometimos un error, y algo o alguien nos hizo sentir mal al respecto. Un error lo comete cualquier persona. Y está bien equivocarse. Siempre y cuando se aprenda del error y se procure no volver a cometerlo.

Tener fracasos y cometer errores no nos hace menos capaces, solo nos demuestra que podemos esforzarnos aún más.

No podemos controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor. Por lo tanto es prácticamente una necesidad sentirnos frustrados algunas veces. La frustración puede generar en nosotros sentimientos de tristeza, decepción, impotencia y en algunos casos ira. Es importante ser consciente de las emociones y expresarlas. Existen diferentes modos de liberar emociones. Algunas personas deciden hacer ejercicio, meditar, cocinar, o pintar. Otras personas prefieren desahogarse mediante las pláticas o la escritura. Uno de los remedios más efectivos y más comunes es soltar el dolor mediante el llanto.

Está comprobado que hacer actividad física ayuda a liberar energía y así mismo promueve la calma. Además, en casos de frustración, algunas personas guían sus emociones hacia algo que les apasione hacer. Realmente la forma de expresarse depende de cada persona. Al fin y al cabo expresarse es una necesidad humana.

Por otro lado, es esencial conocer nuestros límites al expresarnos. Debemos recordar que el hecho de que algo no resulte como lo esperado

no es una excusa de agresión ni física, ni verbal ni emocional. La solución a los problemas no se encuentra en la violencia, por el contrario puede generar más inconvenientes.

Las circunstancias son relativas. Ayer pudo ser un gran día. Mañana tal vez sea un muy mal día. Pero de igual forma, en todo momento tenemos la oportunidad de cambiar nuestra percepción. Si creemos que algo es tan terrible como queremos que sea, probablemente lo será. Sin embargo, si creemos en que algo saldrá bien y ponemos nuestra mente en eso, muy probablemente saldrá bien.

Cuando cambiamos nuestra percepción de las cosas, aprendemos a comprender y regular sentimientos como la frustración.

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