por Danna Martínez
Desde la interacción en nuestro teléfono hasta el cambio de luces en la carretera y las transacciones en nuestra cuenta bancaria, los algoritmos están en todas partes. Esta herramienta ubicua sirve como un órgano vital en la tecnología y al mismo tiempo juega un papel esencial en nuestra interacción social.
El término algoritmo proviene de la raíz árabe al-khuwārizmi. Sin embargo, antes de llegar al idioma espanol, la palabra árabe se tomó del latín medieval como algoritmos. Secuencialmente, el espanol adoptó el término como algoritmo y, como una alteración, la frase algoritmo. La palabra en árabe implica un cálculo utilizando “números arábigos”. Según el diccionario Merriam-Webster, el primer uso del término algoritmo se estableció en 1926.
Un algoritmo es una serie de pasos bien definidos que tienen el propósito de completar una tarea. Este conjunto de instrucciones, el algoritmo, compite por ejecutar cálculos, estimaciones y operaciones mientras respalda la resolución de problemas. Para lograr su objetivo, los algoritmos manipulan varios pasos diferentes, que pueden ser finitos. Todo algoritmo debe llegar a su fin. Por tanto, el cumplimiento y seguimiento de las acciones tiene que ser preciso y delimitado.
Además, los algoritmos persiguen un orden específico para efectuar operaciones. Por lo tanto, para cada algoritmo, existe un orden y una secuencia particulares. Una vez que todas las funciones se completen de manera lógica, el programa o la tarea también se resolverá.
Los algoritmos están de moda en los campos de las matemáticas y la informática. Un ejemplo de algoritmo es la multiplicación, mediante el cual seguir instrucciones nos llevará a obtener una respuesta. Además, estos sistemas complejos también se pueden representar en gráficos o diagramas.
Generalmente, se demandan algoritmos para determinar soluciones y realizar cálculos; además, avances tecnológicos como el dinero digital o algoritmos de uso de inteligencia artificial para desarrollar sus objetivos correctamente. Con respecto a que esta es una era de avances y mejoras tecnológicas, los algoritmos se han vuelto cruciales en nuestras vidas.
Varias actividades diarias se basan en algoritmos, ya sea en las llamadas a través de nuestro teléfono o en el software de nuestras computadoras. Los algoritmos, en esencia, son un factor imperativo en nuestra vida social, aportando oportunidades y novedades en áreas como la comunicación y la interacción.
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