04/26/2024
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Por Danna Martínez

Los signos nos enseñan que no todo lo que percibimos sugiere lo que pensamos que hace. Percibimos tres colores primarios cuando miramos los semáforos: rojo, amarillo y verde. Sin embargo, el significado de los colores expone tres designaciones diferentes: rojo para detener, amarillo para desacelerar y verde para continuar.

La observación de los signos y su efecto sobre la comunicación humana ha convergido en el estudio denominado semiótica.

El término semiótica tiene su origen en las raíces griegas semeion y ticos. La palabra en griego semeion se refiere más genuinamente a un signo. Por otro lado, la palabra ticos enreda que algo se correlaciona con otra cosa. De ahí que la expresión semiótica sirva para explicar el alcance y el significado de los signos dentro de la sociedad. En realidad, en el tiempo, el campo de la medicina efectuó la aplicación de la semiótica para distinguir varias enfermedades.

El filósofo inglés John Locke fue quien acuñó el término semiótica para describir mejor el estudio de los signos. Los signos como punto de discusión se observan en este tema como aquellos objetos, fenómenos o situaciones que reflejan o están naturalmente relacionados con otras materias.

La semiótica es la ciencia encargada de analizar el uso e implementación de los signos en nuestra vida diaria; también se la conoce como Teoría General de los Signos. Además, este estudio desempeña un papel fundamental en medio de la comunicación. La semiótica interpreta diferentes sistemas de signos para aumentar las formas de reproducir y recibir mensajes con precisión. En la medida en que la semiótica compite por permitir que los individuos se comuniquen.

Además, la semiótica crea un sentido para las cosas, superpuesto al significado que ya tienen. Además del estudio de los signos, la semiótica es una disciplina ligada al lenguaje, el habla y la significación.

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