Por Danna Martínez
Lo único seguro en la vida es que no hay nada seguro. Lo impredecible es algo que incluso si lo intentamos no podemos predecir.
El término impredecible se compone de dos partes esenciales. El prefijo se refiere a la calidad de la negación. Por otro lado, la palabra predecible es algo que podemos predecir o conjeturar. Al unir los vacablos im y predecible, la palabra niega la posibilidad de intuir el futuro.
Los eventos, los fenómenos, los comportamientos e incluso las personas son impredecibles. El mundo en el que vivimos está tan lleno de diferencias y cambios que es imposible saber o deducir nada con certeza. Sin embargo, durante siglos, miles de personas han intentado comprender o crear la sensación de que comprenden los problemas universales; como el futuro.
Los seres humanos tienden a planificar el futuro. Esta tendencia se desarrolla a partir del miedo o la incertidumbre de lo desconocido. Cuando planificamos nuestras citas, reuniones y salidas, a menudo nos sentimos preparados y seguros. Sin embargo, no hay certeza absoluta en el futuro.
Como seres humanos, no tenemos forma de predecir con certeza lo que le sucederá a la humanidad mil años después. Sin embargo, tenemos la oportunidad de especular e imaginar diferentes escenarios.
Actualmente, los seres humanos han desarrollado herramientas de pronóstico para anticipar posibles eventos futuros. El pronóstico del tiempo es uno de los pronósticos más comunes. Por otro lado, los pronósticos de ventas son métodos que utilizan las empresas para predecir situaciones financieras futuras.
Los pronósticos son solo estimaciones. Como en situaciones cotidianas, estimamos que algo sucederá o no. Sin embargo, con cada experiencia, planificada o no planificada, el ser humano aprende y fortalece sus conocimientos.
El futuro no es un calendario a la espera de ser escrito, es un desafío que inherentemente debemos enfrentar.
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