por Danna Martinez
¿Cuándo dejamos la noche para saludar a la mañana? Muy pocas veces notamos la transición de una noche oscura y tranquila a una mañana clara y luminosa. Galicinio es el espacio momentáneo en el que el cielo se transforma y los rayos de luz del sol comienzan a tocar la tierra.
En medio de una vida rutinaria, algunas personas tienen la oportunidad de presenciar este fenómeno, otras ignoran el horario de la mañana y logran ver el sol ya brillando en todo su esplendor. Sin embargo, hay algunos seres con la capacidad de reconocer y disfrutar del galicinio sin necesidad de advertencia o alarma.
Es bien sabido que los gallos suelen cantar justo cuando comienza el día, en el galicinio. Curiosamente, no es casualidad que este término esté etimológicamente relacionado con los gallos y especialmente con su canto. La palabra galicinio es un cultismo, ergo una expresión tardía del latín que no sufre cambios en su composición. Este término atípico proviene de la antigua expresión latina “gallus cantus”, en la traducción “canto del gallo”.
Esencialmente, el término se compone de las palabras gallus, cin e io. Gallus significa más asertivamente gallo y su particular llamada o llanto. Por otro lado, la palabra cin se refiere a una canción. Finalmente, la raíz latina io refleja el resultado de una acción. En unidad, el término galicinio describe el momento en que canta el gallo, justo cuando nos despedimos de la noche para dar la bienvenida a la mañana.
La parte de la noche cercana al amanecer es el período en el que, debido a la rotación de la tierra, el sol muestra sus primeros rayos de luz. Es decir, es el primer espacio del día en el que sentimos llegar el sol. El galicinio describe la activación de millones de personas, el momento en el que comienzan otro día de vida. A pesar de ser un espacio majestuoso en la naturaleza, el galicinio es una ocasión fugaz. En cuestión de segundos el cielo cambia de tonalidad, dejamos atrás la noche y comenzamos un nuevo día.
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