por Danna Martinez
Todos tenemos un ancestro común (madre, padre, abuelo…) que es el que nos correlaciona con los demás miembros de nuestra familia. La característica consanguínea se refiere al grado de parentesco que hay entre los descendientes de un padre o antepasado común.
Los grados consanguíneos, también llamados consanguinidad, inciden en la relación que existe entre las distintas generaciones de una familia. Por ejemplo, para que tengamos una relación consanguínea con nuestros hermanos, nuestros padres deben ser el ancestro común de ambos. Así, las características consanguíneas constituyen un vínculo de sangre que determina la relación entre los parientes.
La relación consanguínea entre dos personas se identifica a través de los lazos de sangre y su cercanía. Por lo general, los hermanos son nuestros parientes consanguíneos más directos. Sin embargo, las relaciones consanguíneas se extienden de hijos a padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y un sin fin. Por otro lado, los parientes no consanguíneos son aquellos que se relacionan con nosotros por vínculo legal, como matrimonio o adopción, pero no por vínculo de sangre; es decir, que no comparten la sangre de un pariente o antepasado común.
Según la etimología de la palabra, consanguíneo deriva esencialmente del sustantivo latino sanguis. En su significado más antiguo, la palabra sanguis significaba “sangre.” De esta forma, las relaciones consanguíneas se establecen en función de los grados de lazos de sangre. La palabra consanguíneo sirve como calificación o adjetivo. Además, este término incorpora cinco sílabas (con-san-guin-e-ous). Los siguientes son algunos ejemplos del uso de la palabra:
- La disputa por saber quién tenía razón provoca odio entre los consanguíneos.
- El grado de consanguinidad entre las partes se estima dentro de un margen del 99,99%.
- Varios estudios sugieren que las tribus antiguas solían agruparse en función de sus lazos consanguíneos.
- La relación entre mi hermana y yo se debe a motivos consanguíneos.
- El médico explicó que el tercer nieto de una familia tiene una relación consanguinea de cuarto grado con su antepasado.
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